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Imagina esto:
Es lunes por la mañana, abres tu bandeja y tienes 17 leads nuevos que llegaron el fin de semana.
Los ves, los marcas, y piensas: “en cuanto me desocupe, los llamo”.
Tres horas después, solo lograste devolver 4 llamadas. El resto sigue ahí, esperando.
Pero esos leads no esperan por ti: en ese mismo lapso, muchos ya tocaron la puerta de otro agente.
Aquí empieza el conflicto silencioso: no es que no trabajes duro, es que el tiempo no te da.
¿Qué pasa con el dinero que invertiste en atraer esos leads que nunca contestaste a tiempo?
Responder “pues, se pierde” es obvio.
Pero no sirve. Lo que de verdad duele es cuánto se pierde.
Supongamos un ejemplo sencillo:
Leads sin atender a tiempo = 30.
Leads (sin atender) x Costo (por lead) = Dinero desperdiciado
30 x $25 = $750
750(semana).(Mes)=3,000. En un año… más de $36,000 que literalmente se esfuman sin que lo notes.
¿Y si esos leads que no atendiste eran justo los más listos para comprar?
El problema ya no es solo de dinero invertido, sino de oportunidades invisibles: ventas que nunca supiste que tenías en tus manos, clientes que eligieron a alguien más.
El error no está en tu esfuerzo ni en tu estrategia de marketing.
El error está en el tiempo de respuesta.
Un agente humano puede contestar 5–10 leads en una hora.
Pero, ¿qué pasa cuando entran 50 en el mismo lapso?
Leads entrantes / Tiempo disponible × Costo por lead = Recursos desperdiciados
Esa es la ecuación que deberías tener escrita en tu pizarra.
Porque cada número en esa fórmula no es solo un lead: es dinero, tiempo y esfuerzo que quizás ya invertiste… y que nunca volverá.